Carta Abierta a los marroquies que tratan de saltar la valla
Estimado vecino:
A veces, la ironía del destino hace que la linea que separa la angustia y la alegría ni siquiera mida tres metros, pero tenga en su parte más alta unos alambres de espinas. Para remate, dicha valla permite ver la libertad o la angustia a través del fino metal de la verja.
A veces es el mismo destino el que quiere que la angustia y la alegría están separadas por unos metros y una valla. Otras veces es la falta de un gobierno a la altura la que provoca que haya infiernos y paraisos, y la mayoría de la veces, sino todas, es el hombre el que separa la fronteras con vallas dificilmente franqueables.
A tí, que llevas fuera de tu hogar dios sabe cuánto, que sales de una tierra a la que amas buscando otra que te sustenga, que das la vuelta y empañas tus ojos prometiendote que si el irónico destino te lo permite; volverás a por los tuyos.
A ti, vecino y amigo que lo dejas todo para conseguir algo, solo te puedo desear:
Buena Suerte
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